Obra de los periodistas Tomás Ondarra y Jon Uriarte, y respaldada por la Diputación Foral de Bizkaia, esta publicación singular nació con el doble propósito de ser una guía de viaje y un tributo a la memoria colectiva. Abarca la diversidad paisajística, patrimonial y cultural del territorio, presentándola tanto a quienes visitan la provincia como a sus propios habitantes.

Más allá de un homenaje a la identidad vizcaína, se erige como una herramienta esencial para organizar una escapada. El objetivo es dar a conocer elementos y lugares muy arraigados en sus comarcas de origen, pero quizás menos difundidos en el conjunto de la provincia. Paralelamente, incentiva el desplazamiento por toda Bizkaia y fortalece el sentimiento de orgullo y pertenencia a este territorio.Con la llegada del buen tiempo, el libro ‘De Bizkaia de toda la vida’ y su futura exposición se presentan como aliados para explorar Bizkaia desde una nueva óptica.

Exposición itinerante para acercar Bizkaia

Como reflejo de la excelente acogida del libro, la institución foral ha comunicado la organización de una muestra que, tras su presentación en mayo durante la feria Expovacaciones, iniciará un recorrido itinerante por todas las comarcas vizcaínas. Esta iniciativa no solo divulgará el contenido de la obra entre la ciudadanía, sino que también buscará consolidar el orgullo de pertenencia a Bizkaia, poniendo de relieve sus elementos distintivos.

La muestra planteará itinerarios temáticos inspirados en los capítulos del libro. Será posible, por ejemplo, diseñar rutas culinarias que conecten la tradicional putxera de Balmaseda con los pimientos de Gernika y las sardinas de Santurtzi.

Igualmente, se podrán explorar los ‘santuarios naturales’ como la cueva de Santimamiñe, el Bosque de Oma o el hayedo de Otzarreta, o seguir la pista de emblemas históricos como el Puente Colgante, el castillo de Butrón o la cruz del Gorbeia.

Rutas para reencontrarse con Bizkaia

La publicación evidencia que Bizkaia es una provincia repleta de rincones inesperados, con propuestas y recorridos adaptados a diversos perfiles de viajeros.

Para muchos, supondrá además un viaje a la infancia, evocando veranos en la costa, salidas escolares, domingos de mercado con los abuelos o incluso la práctica de deportes y actividades al aire libre en familia. La obra es, en esencia, una propuesta para reexaminar con nuevos ojos aquello que se creía familiar.

El Árbol de Gernika permanece, tal como se recuerda de visitas escolares infantiles, pero ahora observado con una nueva conciencia de su peso histórico.

Desde allí, se puede poner rumbo al Castillo de Butrón, aquel que la imaginación infantil pobló de caballeros y dragones.

Un breve desvío lleva al Puente Colgante de Portugalete, quizás rememorando la emoción de la primera travesía en el transbordador. La ferrería de El Pobal y la necrópolis de Argiñeta conectan con una Bizkaia forjada en hierro y piedra, un pasado que aún resuena.

Naturaleza, paisajes y sabores redescubiertos

El Bosque de Oma conserva la fascinación infantil de descifrar figuras en los troncos pintados, pero ahora se percibe el diálogo entre arte y naturaleza de un modo más profundo. La cueva de Santimamiñe, por su parte, nos transportan a épocas remotas, a relatos de bisontes rupestres escuchados tiempo atrás.

En la reserva de Urdaibai, se revive la sensación del aire marino y la arena bajo los pies descalzos. Y en San Juan de Gaztelugatxe, tocar la campana evoca la fe en las leyendas.

La primera degustación de una putxera en Balmaseda quizás ocurrió sin conocer su vínculo histórico con los ferroviarios, mientras que los pimientos de Gernika sabían a hogar, aunque su relevancia cultural trascendiera la mesa.

En Santurtzi, por ejemplo, el característico aroma a sardinas asadas remite a las idas familiares al puerto, y en Bilbao el sabor familiar de un bollo de mantequilla nos transporta directamente a años pasados.

La Bizkaia costera revisitada

Lekeitio sigue siendo ese lugar de castillos de arena infantiles y despreocupación. Hoy, el paseo por su puerto revela el mismo mar testigo de incontables historias. El faro de Santa Catalina ofrece una panorámica del horizonte que antes parecía inabarcable.

En Mundaka, observar a los surfistas desafiando las olas recuerda viejos anhelos. Y en Bermeo, el olor a salitre y pescado evoca escapadas pasadas donde todo parecía una aventura.

Cada recorrido propuesto trasciende el mero desplazamiento, convirtiéndose en una reconexión con el pasado y el presente.

‘De Bizkaia de toda la vida’ no es solo una guía; es un estímulo para observar de nuevo, recordar y constatar que Bizkaia siempre reserva historias, incluso para quienes la consideran conocida.

Un legado para valorar y proteger Bizkaia

Sonia Pérez Ezquerra, diputada foral de Turismo, subraya la relevancia del libro y la exposición itinerante como elementos clave de la estrategia turística foral. «Este libro refleja la esencia de nuestra promoción: Bizkaia es, ante todo, para los vizcaínos y las vizcaínas», afirma.

«Como viajeros, debemos preguntarnos si conocemos nuestro propio territorio, porque apreciarlo implica cuidarlo».

Pérez Ezquerra destaca también la importancia de descentralizar el flujo turístico: «Queremos animar tanto a visitantes vascos como externos a explorar las comarcas más allá de la capital, porque hay mucho por descubrir y disfrutar en toda la provincia». Señala que, de este modo, «logramos distribuir los beneficios del turismo, impulsamos nuestra estrategia de desestacionalización y descentralización, y ponemos en valor nuestro hogar compartido».

Por todo ello, tanto el libro como la exposición representan una invitación para que vizcaínos y visitantes se reencuentren con Bizkaia, la exploren con una mirada renovada y aprecien su vasta riqueza.

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